Marrakech ofrece restaurantes para todos los gustos y bolsillos. En la plaza de Jema El Fna, en palacios de ensueño o en bares locales, lo bueno es que en la mayoría se come de lujo.
Dar Mimoun. Para comer en plan bien. Restaurante con encanto que sirve comida marroquí tradicional a un precio razonable (desde 10 euros). Platos principales, bastante generosos, desde 70 dirhams y menús a partir de 130 dirhams. El menú es tamaño XL, por lo que sólo es recomendable para el almuerzo, aunque al sitio pega ir de noche para una cenita.
De lo que probamos en las dos veces que fuimos, el tajine de pollo con tomate y miel estaba muy rico, además es un sabor diferente a los clásicos. Nuestros vecinos de mesa pidieron una selección de ensaladas que tenía muy buena pinta. (Las ensaladas marroquíes son muy pequeñitas, generalmente las sirven en plato de postre). El tajine de pollo al limón estaba también muy bueno, pero resultó algo más escaso.
El sitio es muy fácil de encontrar. Está a menos de cinco minutos de la plaza de Jemaa El Fna. Se llega por la calle RIAD Zitoun Kedim (Alkadine), cercana al Café Glacier, a la que se entra por un arco típico marroquí.
En esta misma calle hay otro restaurante con una pinta excelente y magníficas referencias de otros viajeros, que se llama Dar Essalam, lo que pasa es que los platos a la carta se iban un poco de precio.
Puesto 31.
De los puestos ambulantes comimos en éste, que era el recomendado en la mayoría de foros. Ni fú, ni fá. Recomendable más por el ambiente que por la comida. Salchichas, pan a discreción y tomate triturado reutilizable (lo que tú no te comas vuelve al cubo común y ya lo comerá otro). Tampoco hay más problema, evidentemente no me mató, sólo me engordó. En cualquier caso, si en este puesto 31 no hay sitio tampoco merece la pena esperar cola, todos tienen las mismas hechuras. De hecho, el número 32 (que está al lado) parece su clon. El mejor indicativo es que haya locales comiendo y en éstos dos los había.
El Bahja.
Un sitio donde mayoritariamente comen marroquíes. Ni turístico, ni elegante, sólo recomendable si se quiere probar comida local hecha para autóctonos. A mi me encantó. El tajine de kefta está muy bueno (salsa de tomate, carne picada y algo picante, huevo que gratina la cazuelita y unas ramitas de menta que le dan su punto). Una delicia, creo que costaba 30 dirhams. También comimos unas mini-hamburguesas, hechas en una plancha al carbón, muy ricas. Decides la cantidad de carne que que te sirven, con 200 gramos va sobrado (28 dirhams). Yo me pedí 400 gramos y todavía estoy comiendo mini-hamburguesas. También probamos la ensalada, con tomate y cebollita picada, pequeñita y muy ric.s
Está a mitad de rue Bani Marine (paralela a la calle peatonal cercana a la plaza). La entrada a la calle está junto a la oficina postal que hay en la plaza y el bar en el lado izquierdo si has entrado desde Jenaa el Fna.
Chez Chegrouni.
En una de los laterales de la plaza Jenna el Fna, junto al Marraschaki. Me gustó menos que el recuerdo que tenía de la otra vez que estuvimos por aquí hace ya algunos años. Aún así, me pareció una correcta opción de precio medio. Hay mucha gente, pero sirven rápido. Pedimos tajine de pollo al limón (poulet citron). Unos 60 dirhams. Las patatas fritas se piden aparte.
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