Vista área de la apacible Heidelberg. Primera parada de nuestro viaje |
Por la mañana salimos con dirección a Jerez desde la estación de Santa Justa, que está justo al lado de casa, por lo que fuimos dando un paseíto. En menos de una hora ya estábamos en el destino, ya que nuestro tren tenía parada en el aeropuerto. Fue el único desplazamiento cómodo de nuestro viaje-gymkhana.
A las 16:30 h aterrizamos, Ryan Air obliga, en tierra
de nadie, en la pequeña ciudad de Hanh. Tras hora y media de autobús, que sale desde las afueras del mismo
aeropuerto y cuesta 20 euros, llegamos a Heidelberg a media tarde.
Nos instalamos con rapidez en
nuestro albergue (habitación doble con desayuno, 62 euros) que estaba junto a
la estación de trenes. Sólo recomendable para campistas reconvertidos que estén
de paso por la ciudad y busquen un alojamiento práctico. No recomendable para espirítus exigentes. Eso sí, cuenta con
un Lidl en la planta baja del edificio, por lo que nos dio tiempo de hacer una comprita.
Con la cena asegurada y aunque
para los locales ya era una hora tardía (21:00 h) nos dimos una vuelta por
los alrededores del albergue y, ciertamente, vimos una ciudad apagada que no se
encendía ni por ser sábado noche. Imaginamos que habría que buscar lugares más
céntricos para encontrar fiesta, pero esa no era nuestra lucha. Así que cena rápida, funcional y a la cama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario